Algunos consideran que estas costumbres están directamente relacionadas con la superstición, con un origen en una antiquísima tradición por la que se creía que el agua que estaba estancada, ya fuese en un pozo, lago, fuente, cueva, tenía propiedades curativas. Esa creencia se popularizó rápidamente debido a que estaban convencidos de que en el interior de esos lugares habitaban algunas divinidades, las cuales concedían deseos.
Pero la realidad es bien distinta…
Desde el Instituto de Investigación Cueva de Nerja indican que las monedas se deterioran muy rápidamente en el interior de la cavidad, y generan óxidos, carbonatos y metales que pueden teñir los espeleotemas sobre los que se depositan y que son perjudiciales para la fauna subterránea. Por ello, en la Cueva de Nerja las monedas son consideradas como basura, como residuos dañinos, y por ello, atendiendo pautas de conservación establecidas se procede a retirar las mismas a la mayor brevedad.